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Aceite de algas frente a aceite de pescado: ¿Cuál es la diferencia?

Cuando iba al colegio, algunos profesores regalaban caramelos por trabajos excepcionales o respuestas interesantes en clase. Uno decidió dar un paso más e intentar "alimentar nuestros cerebros": nos daba pastillas masticables de aceite de pescado que supuestamente tenían sabor a naranja. Una vez que te tomabas una, no volvías a pedir otra: eran realmente horribles. 

Ahora uso omega-3 de aceite de algas, que tiene todos los beneficios del omega-3sin nada de pescado. Lo cual es genial, porque los ácidos grasos omega-3 son responsables de algunas de las partes y procesos más importantes de nuestro cuerpo, como el mantenimiento de la salud de nuestro corazón, cerebro y ojos, así como la promoción de la salud de nuestro sistema inmunológico y la regulación de las respuestas inflamatorias.

Tomar un suplemento de omega-3 es una de las mejores maneras de asegurarse de que está cubriendo estas necesidades y de darle a su cuerpo las herramientas que necesita. Los suplementos de aceite de pescado son posiblemente el suplemento de omega-3 más conocido y utilizado, pero ¿y si no comes pescado? 

El aceite de algas es una alternativa vegetal al aceite de pescado, pero ¿tiene los mismos beneficios para el organismo que éste? Este artículo examina las diferencias entre ambos y si uno es mejor o no. 

¿Qué es el aceite de pescado?

El aceite de pescado natural se obtiene de los tejidos grasos de ciertos pescados, como el arenque y el salmón, y puede contener hasta un 30% de ácidos grasos omega-3, siendo el 70% otras grasas. También pueden incluir vitaminas A y D (Ikeda et al., 1995).

Los aceites de pescado utilizados como suplementos suelen ser refinados. Este proceso implica tratar y purificar el aceite de pescado natural y, en ocasiones, concentrarlo. Este proceso es beneficioso porque ayuda a eliminar los contaminantes y los metales pesados del aceite de pescado, y también ayuda a aumentar las concentraciones de DHA y EPA en el producto final. La mayoría de los aceites de pescado del mercado se refinan de este modo y suelen presentarse en cápsulas fáciles de tragar. 

Sin embargo, el aceite de pescado refinado no es tan biodisponible como el natural, lo que significa que no podemos absorberlo tan fácilmente ni aprovechar tanto los nutrientes resultantes. Cuando se lleva a cabo el proceso de refinado, muchos de los triglicéridos (un tipo de grasa) que se encuentran en el aceite de pescado se convierten en una sustancia llamada ésteres etílicos. Estos ésteres etílicos se absorben con menos facilidad que los triglicéridos y son más propensos a oxidarse y volverse rancios. (Sullivan Ritter et al., 2015) 

¿Qué es el aceite de algas?

Las microalgas son una potente fuente de DHA y EPA, los tipos de omega-3 más beneficiosos para el cuerpo humano. Pero no sólo son beneficiosas para el ser humano. Los peces también obtienen omega 3 de las microalgas. 

Al igual que los humanos, los peces no pueden producir su propio DHA y EPA. Cuando los peces ingieren algas (u otros peces que han consumido algas previamente), también consumen el DHA y el EPA que las algas han producido. (Harwood, 2019)

Las investigaciones han demostrado que las concentraciones de DHA en el aceite de algas son superiores a las del aceite de pescado, lo que lo convierte en una excelente fuente de omega-3. Un estudio examinó el aceite de algas en relación con el salmón y descubrió que no sólo actúa de la misma manera que el aceite de pescado en el organismo, sino que también contiene cantidades de DHA equivalentes a las de una porción de salmón cocido. (Arterburn et al., 2008)

No sólo contiene mayores concentraciones de DHA que el aceite de pescado, sino que el aceite de algas también es una fuente de omega-3 más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Las algas que se utilizan en la industria de suplementos se cultivan en tanques, lo que significa que no se necesitan prácticas pesqueras y que el omega-3 de su aceite de algas no ha entrado nunca en contacto con los contaminantes del océano. (Adarme-Vega et al., 2012)

Mientras que la cantidad de ácidos grasos omega-3 del pescado depende de la especie, el aceite de algas puede manipularse mediante factores externos como la temperatura, el oxígeno y la exposición a la luz ultravioleta, para aumentar la cantidad de omega-3 que producen. (Adarme-Vega et al., 2012)

Esto lo convierte en una forma de omega-3 más limpia, pura y potente, ¡apta para todo el mundo! 

¿Es una mejor que la otra? 

Ambas fuentes pueden utilizarse como suplementos para aportar ácidos grasos omega-3 al organismo y sentir sus beneficios. Sin embargo, hay algunos otros factores que determinan qué suplemento podría ser mejor en otros aspectos: 

  • El aceite de algas es una fuente primaria de omega-3. El aceite de pescado es una fuente secundaria. El aceite de pescado es una fuente secundaria, porque todos los peces obtienen su omega-3 de las algas. Ir a la fuente significa una forma más potente de omega-3 (Arterburn et al., 2008).
  • El aceite de algas es más fácil de digerir (Ryan et al., 2009) - Creo que cualquiera que haya probado alguna vez un suplemento de aceite de pescado sabe lo mal que pueden repetirte a lo largo del día. Las algas también son más biodisponibles que muchos de los aceites de pescado refinados del mercado, por lo que tu cuerpo puede utilizar más cantidad de omega 3. Además, la mayoría de los aceites de algas no tienen ese sabor a pescado tan común en los aceites de pescado.
  • El aceite de algas es más sostenible. Los suplementos de aceite de pescado contribuyen a la sobrepesca, la contaminación de los océanos y la destrucción de los hábitats marinos. Las algas se cultivan de forma sostenible en tanques.
  • El aceite de algas es más limpio. Todos los peces, salvajes o de piscifactoría, entran en contacto con la contaminación del agua, microplásticos, metales pesados y otros contaminantes. Las algas no, lo que las convierte en una fuente más limpia de ácidos grasos omega-3. Los estudios han demostrado que muchos aceites de pescado pueden contener más ingredientes de los que dicen contener, o puede que no cumplan la dosis de ácidos grasos omega-3 que han declarado (Albert et al., 2015).

Parece una victoria bastante clara para el aceite de algas, ¿no? 

Si desea una fuente sostenible, potente y limpia de omega-3, elegir un aceite de algas le proporcionará todos los beneficios de los ácidos grasos omega-3, sin contribuir a la pérdida de nuestros hábitats marinos ni ponerse en peligro de ingerir metales pesados y otras sustancias potencialmente tóxicas. 

El Omega-3 Líquido Vegano de Vivo Life es precisamente eso - un suplemento de omega-3 100% vegetal que contiene 900mg combinados de EPA y DHA de algas cultivadas de forma sostenible que ha sido probado por terceros para su tranquilidad.

Con todo eso en sólo 2 ml de líquido (que sabe a limón, no a pescado) no hay razón para considerar siquiera la idea del aceite de pescado. 

Fuentes:

Ikeda, I., Sasaki, E., Yasunami, H., Nomiyama, S., Nakayama, M., Sugano, M., Imaizumi, K. y Yazawa, K. (1995). Digestion and lymphatic transport of eicosapentaenoic and docosahexaenoic acids given in the form of triacylglycerol, free acid and ethyl ester in rats. 

Sullivan Ritter, J.C., Budge, S.M., Jovica, F. y Reid, A.-J.M. (2015). Oxidation Rates of Triacylglycerol and Ethyl Ester Fish Oils. Journal of the American Oil Chemists' Society, 92(4), pp.561-569. doi:10.1007/s11746-015-2612-9.

Adarme-Vega, T., Lim, D.K.Y., Timmins, M., Vernen, F., Li, Y. y Schenk, P.M. (2012). Microalgal biofactories: a promising approach towards sustainable omega-3 fatty acid production. Microbial Cell Factories, [en línea] 11(1), p.96. doi:10.1186/1475-2859-11-96.

Harwood, J.L. (2019). Algas: Fuentes críticas de ácidos grasos poliinsaturados de cadena muy larga. Biomolecules, 9(11), p.708. doi:10.3390/biom9110708.

Arterburn, L.M., Oken, H.A., Bailey Hall, E., Hamersley, J., Kuratko, C.N. y Hoffman, J.P. (2008). Cápsulas de aceite de algas y salmón cocido: Nutritionally Equivalent Sources of Docosahexaenoic Acid. Journal of the American Dietetic Association, [en línea] 108(7), pp.1204-1209. doi:10.1016/j.jada.2008.04.020.

Ryan, A.S., Keske, M.A., Hoffman, J.P. y Nelson, E.B. (2009). Clinical overview of algal-docosahexaenoic acid: effects on triglyceride levels and other cardiovascular risk factors. American Journal of Therapeutics, [en línea] 16(2), pp.183-192. doi:10.1097/MJT.0b013e31817fe2be.

Albert, B.B., Derraik, J.G.B., Cameron-Smith, D., Hofman, P.L., Tumanov, S., Villas-Boas, S.G., Garg, M.L. y Cutfield, W.S. (2015). Fish oil supplements in New Zealand are highly oxidised and do not meet label content of n-3 PUFA. Scientific Reports, 5(1). doi:10.1038/srep07928.